sábado, 8 de octubre de 2011

Robert Evans. El cazador de supernovas


Robert Evans es un pastor protestante reformista retirado que durante 30 años ejerció su profesión en las Montañas Azules de Australia. Este hombre podría ser un personaje más en la vida cotidiana del país austral si no fuera por su peculiar actividad nocturna. Por las noches este individuo tranquilo y animoso se convierte en un cazador de supernovas.

Supernovas

Las supernovas son uno de los fenómenos más espectaculares que se pueden ver en el universo.
En líneas generales se puede definir como una explosión tan grande que es inimaginable. Ciertos tipos de estrellas terminan su vida en forma de supernovas.

Estas estrellas se compactan tanto sobre sí mismas que una cucharada pesaría 90 millones de toneladas. En ese momento se libera una energía enorme produciendo la mayor explosión jamás vista en el universo

La caza de Supernovas

Desde la Tierra a simple vista se pueden ver 6000 estrellas. Desde un punto fijo pueden verse unas 2000. Con un pequeño telescopio de 2 pulgadas el número sube a 50.000. Robert Evans para poder llevar a cabo su afición cuenta con un telescopio de 16 pulgadas con el que no cuenta estrellas si no galaxias.

En 1987 Saul Perlmutter ideó un sistema que consistía en acoplar cámara digitales a ordenadores, las cámaras hacían fotos del cielo y los ordenadores se encargaban de localizar las supernovas. De esta forma se automatizó la caza y Perlmutter y su equipo descubrieron 42 supernovas en 5 años.

El método de trabajo de Robert Evans

Cuando Evans comenzó a buscar supernovas en 1980 se habían descubierto en toda la historia de la astronomía menos de 60. En 2005 Robert descubrió su Nº40 Pero el método de trabajo de este hombre se encuentra lejos de cámaras digitales, ordenadores y complejos telescopios. Desde su ladera australiana escruta el cielo con su viejo telescopio y ante la idea de usar nuevas tecnologías él responde. "Disfruto demasiado con mi método. Además - Indica con un gesto la foto de su última supernova y sonríe-. Aún puedo ganarles a veces”.

De vez en cuando en esta era de informática en la que las cosas se hacen mientras estas sentado en el sofá, una luz se enciende en el cielo despejado, y un hombre sentado en una silla bajo el perfume de los eucaliptos es el primero en verla.

"Estaba loco. Tenía una estrella en el pensamiento"


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