lunes, 3 de octubre de 2011

Inyecciónes de dióxido de carbono. La microalgas

El CO2 es el gran villano del siglo XXI, la cabeza visible del efecto invernadero. Los científicos tratan de reducirlo, eliminarlo o incluso enterrarlo bajo tierra pero ahora también creen que una reconciliación es posible. Día a día surgen a la luz proyectos que tratan de convertir al infame gas en nuestro amigo y aliado.  

Inyecciones de CO2 

Se necesitarán años antes de que este proyecto cuaje y se pueda construir una planta cuyos resultados sean apreciables medioambientalmente, pero desde luego esta es una gran iniciativa por la redención de dióxido de carbono en el planeta. 

El CO2 es decisivo en el efecto invernadero que afecta al planeta por lo que no es de extrañar que también tenga un papel importante en los invernaderos de cultivo que se emplean en la agricultura. Estudios realizados revelan que cuanto mayor concentración de dióxido de carbono existe en el interior de los invernaderos mayor es su productividad, el problema es que esta concentración disminuye en su interior por lo que es necesario buscar formas de inyección. 

Una solución innovadora es la que se está desarrollando en la central de carbón de importación de Endesa en Carboneras (Almería). En esta instalación se ha construido una planta piloto de microalgas que capturan el CO2 de tal forma que pueda ser aprovechado más tarde.   

La planta de microalgas ha sido diseñada dentro del Proyecto CENIT CO2 (Consorcio Estratégico Nacional en Investigación y Técnica del CO2) constituido por un consorcio de empresas como Endesa; Unión Fenosa o Duro Felguera energía entre otras y promovido por el Ministerio de Ciencia que tiene como objetivo la investigación de iniciativas que permitan reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.

Microalgas para la captura de dióxido de carbono 

Aprovechando la reacción de fotosíntesis que los vegetales realizan durante el día y por la cual transforman la energía solar y CO2 en energía y oxígeno, se ha puesto en marcha una planta piloto en Carboneras de 1 km2 de superficie. 

La planta en principio es experimental por tanto su capacidad de captura es muy pequeña, de 110 toneladas por año y se espera que pueda probar la rentabilidad de un proyecto así. 
La central de carbón posee una toma de agua de mar que se utiliza para refrigerarla. A partir de ahora también se utilizará para sustentar de agua una especie de paneles solares orientados hacia el sur, puesto que de esta manera se aprovecha la mayor cantidad de luz solar posible, donde se encuentran alojadas las microalgas. 

La acción solar hace que se multipliquen y por procesos naturales capturen el dióxido de carbono. Cuando la concentración de microalgas es muy elevada, la solución acuosa se lleva a un centrifugador y luego se liofiliza. De este proceso se obtiene una pasta que tiene múltiples usos. 

Una de las ventajas del uso de las algas es que necesitan una superficie muy pequeña para desarrollarse así que se ha buscado una especie que sea capaz de captar la mayor cantidad posible de dióxido de carbono por unidad de superficie y finalmente se han decantado por la Nannochloropsis Gaditana. 

Las microalgas en los invernaderos
  
Como ya hemos dicho anteriormente las inyecciones de CO2 en los invernaderos aumentan la productividad de los mismos hasta un 40%. 

Para aprovechar la pasta de microalgas esta se lleva a una caldera en el invernadero donde se quema y se separa el dióxido de carbono que es inyectado durante el día cuando se hace necesario aumentar su concentración.


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