lunes, 26 de septiembre de 2011

El problema de la basura espacial

La Tierra se ha quedado pequeña, hace cuarenta años la humanidad se puso manos a la obra en la ardua tarea de llenar el espacio infinito de basura y por el momento no se está dando nada mal. 

En la actualidad un cinturón de “basura espacial” rodea al planeta y hace que las misiones de los astronautas sean cada vez más emocionantes. Un ejemplo de ello es situación que vivieron este verano los habitantes de la Estación Espacial Internacional al verse obligados a evacuar ante la posibilidad de colisión con un núcleo de basura flotante no identificada que finalmente pasó a escasos 250 metros.

El cinturón de basura. Origen

La basura espacial es un conjunto de objetos de distinto tamaño que se encuentran orbitando alrededor de la Tierra en lo que se denomina órbita baja que va desde los 200 a los 1200 km sobre la superficie terrestre. Estos objetos tienen un origen diverso y la mayor parte son restos de cohetes o satélites que ya no están en uso. Se pueden catalogar en tres grupos:
  • · Cuerpos de las lanzaderas: Son los propulsores de las naves que se desprenden una vez llegan a la órbita deseada. Tienen un alto peligro de explosión por su composición.
  • · Basura de las misiones: Son objetos de pequeño tamaño procedentes del despegue, activación y operación de los equipos espaciales.
  • · Basura fragmentada: Estos a su vez tienen dos orígenes, los que son el resultado de explosiones y los que se desprenden por el deterioro. Los primeros debido a su origen son más numerosos y viajan a mayor velocidad que los segundos.
Peligros de la basura espacial

El mayor peligro de esta basura reside en la posibilidad de colisión con las naves, los satélites o astronautas. Existen más de 50.000 piezas de menos de un centímetro viajando a una velocidad de hasta 28.000 km/h, por lo que una colisión con ellas puede ser fatal.

También existe la posibilidad de que algunas piezas caigan a la Tierra como ocurrió recientemente con el satélite UARS. En ese caso lo que ocurre es que si son de pequeño tamaño se desintegran al entrar en contacto con la atmósfera, en caso contrario pueden llegar a la superficie aunque la probabilidad de que caiga sobre una persona es ínfima, de 1 entre 21 billones, por la gran superficie del planeta y por estar compuesta de ¾ partes de agua. 

Otro dato bastante preocupante es la existencia de decenas de satélites militares con reactores nucleares lanzados por EEUU y la URSS entre los años 1966 y 1988. Se calcula que unos cincuenta satélites de este tipo están en la actualidad fuera de servicio. Estos objetos se encuentran a una altura de 900 km y la mayoría irán perdiendo altura y caerán a la Tierra en los próximos veinte años por lo que La Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) tiene planes previstos en caso de que se produzcan reentradas no controladas.

Síndrome de Kessler

En 1991 el consultor de la NASA Donald J. Kessler propuso un escenario en el cual la basura espacial habría alcanzado una cantidad tan grande que un choque daría lugar a una serie de colisiones en cascada que originarían cada vez más cantidad de basura dejando la órbita baja de la Tierra inutilizable.

Medidas para eliminar la basura espacial

La NASA posee un programa para el control de la basura espacial generada en sus misiones pero los sucesos ocurridos recientemente han puesto de manifiesto la necesidad de tomar nuevas medidas. En 2007 China realizó una prueba con un prototipo de misil anti-satélite derribando uno antiguo y originando unas 150.000 nuevas piezas y dos años más tarde otros dos satélites chocaron entre sí dando lugar a una nube de chatarra.

El principal problema de la basura radica en su velocidad y pequeño tamaño lo que hace que sea bastante improbable su recuperación y eliminación. Los nuevos proyectos están encaminados a que los vehículos o satélites sean eliminados al final de su vida útil mediante una reentrada controlada o ascendiéndolos a órbitas cementerio donde no sean un peligro.

Para la eliminación de la basura ya existente existen planes casi de ciencia ficción como la puesta en órbita de inmensas bolas de espuma que atrapen los objetos, correas espaciales o la utilización de rayos laser.

Lo que es necesario es la creación de una estrategia mundial para los próximos años en la que los países diseñen una acción conjunta que permita mejorar una situación que año a año se hace cada vez más alarmante.

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